8 de junio de 2010

Huerta para las masas...la aventura - Capítulo 8

         La plaga y su resultado...


Llegó la plaga! Así es, nuestra huerta ha sido invadida por orugas y pequeños insectos comilones y con extrema debilidad por las coliflores y brócolis. De un día para otro nuestras coles comenzaron a ser aniquiladas por estos bichos sin piedad. Lo sabemos, es el ciclo de la naturaleza en acción, pero pucha que es triste ver marchitarse a las pequeñas plantas tan pronto.

Fue entonces cuando recordamos los sabios consejos de Víctor, que apenas trasplantamos las coles nos dijo que eran verdaderos imanes  para los insectos. Al parecer las hortalizas con frutos (como en este caso) son las preferidas de nuestros invitados de piedra. Así que de inmediato seguimos los consejos de nuestro amigo mediero y preparamos té de ajo. La receta de este insecticida natural es bien simple: hay que hervir una cabeza de ajo pelada en dos litros de agua (después nos dijeron que mejor era en sólo un litro para mayor efectividad) Los hervimos hasta que cada rincón de la casa olía a ajo, pensando en una efectividad total.

Al día siguiente pusimos nuestra pócima en una botella con rociador (de las clásicas de peluquería) y rociamos como locos a las maltratadas plantas. Hicimos lo mismo con las cebollas y lechugas que están junto a ellas para prevenir. Pasada casi una semana volvimos a la huerta un poco preocupados. Y al ver a nuestras amigas nos dimos cuenta que nuestras aprensiones no eran tan infundadas. Es cierto, estaban un poco mejor, las orugas habían desaparecido, pero los bichos grises seguían aguantando. Lo peor llegó cuando nos encontramos con una lechuga marchita en un esquina. Al mirarla con más detención nos dimos cuenta que su tallo estaba con moho. Fuimos a preguntarle a Julia (para los que no recuerdan, la coordinadora de las Huertas del Encuentro) para que nos diera su opinión. La expresión de todos fue de espanto cuando tomó la lechuga y quedó en sus manos, el tallo había desaparecido por completo, estaba completamente ¡podrido!

Julia nos dijo que nunca habían tenido un caso similar y que no se explica qué pudo pasarle a la tierna lechuga. Exceso de agua, pensaron algunos. Con el riego por goteo que abrimos una vez por semana, lo dudamos. Pero todo es posible. Así que nuestra próxima tarea es chequear la tierra antes de abrir el riego. Así sabremos si hay un exceso de humedad o no. Y si por fin nuestros invitados de piedra se fueron. Si no, seguiremos bañándolos con ajo!

Buen día!
Fotos: menúparalasmasas

La tierna lechuga podrida...horror!

1 comentario:

otogno dijo...

Otra opción es dejar macerar muchas ramas de ortigas en agua por ojalá un mes o más. El olor es putrefacto pero a mi me sirvió harto. Otra opción es macerar tabaco o colillas de cigarro en agua, pero como no fumo -y me carga el olor- no la he probado...Mucha luz para Uds.!!!!!