21 de junio de 2010

Huerta para las masas...la aventura - Capítulo 9


De la huerta a la mesa...ñam ñam!


Por fin llegó el momento que tanto esperábamos. El sábado recién pasado cosechamos nuestras primeras verduritas de la huerta! Recolectamos dos lechugas hermosas, coloridas y luminosas. Debo decirles que fue una experiencia sublime, porque en ese instante se te pasa por la cabeza cada momento que pasó para llegar a esa bella experiencia. Además,  la compartimos con mi padre, que por primera vez visitaba nuestra chacrita.

Como es un sistema de mediería, dos días antes Marisol, la encargada de nuestro sector, sacó las dos primeras lechugas, las que fueron vendidas el mismo jueves a la comunidad en beneficio del proyecto de Huertas Orgánicas.  Así que no tuvimos la oportunidad de ser los primeros en cosechar nuestra huerta, pero nos sentimos contentos de saber que otras personas disfrutaron de una lechuga natural, sin químicos y recién sacada de la tierra.

Así que en esta oportunidad nuestro capítulo de la Huerta se complementa con el Menú, ya que el par de lechugas se convirtió en una riquísima ensalada que compartimos en familia. Y para disfrutar por completo su sabor sólo le agregamos zanahoria, un poco de perejil y limón. Nada muy sofísticado para degustar esas sabrosas hojas verdes y moradas.

Qué más puedo decirles, nos sentimos orgullosos y felices!

Ah! Puedo contarles que la perseverancia rindió frutos, ya que luego de tres semanas de aplicar té de ajo, los brócolis y repollos volvieron a la vida. Como pueden ver en la imagen a continuación (al lado izquierdo) el repollo que parecía completamente aniquilado por los bichos en el capítulo anterior, tomó fuerza y regresó majestuoso. La vida misma!

Buen día!
Fotos: menúparalasmasas

Repollo fénix... a su lado la amiga betarraga


8 de junio de 2010

Huerta para las masas...la aventura - Capítulo 8

         La plaga y su resultado...


Llegó la plaga! Así es, nuestra huerta ha sido invadida por orugas y pequeños insectos comilones y con extrema debilidad por las coliflores y brócolis. De un día para otro nuestras coles comenzaron a ser aniquiladas por estos bichos sin piedad. Lo sabemos, es el ciclo de la naturaleza en acción, pero pucha que es triste ver marchitarse a las pequeñas plantas tan pronto.

Fue entonces cuando recordamos los sabios consejos de Víctor, que apenas trasplantamos las coles nos dijo que eran verdaderos imanes  para los insectos. Al parecer las hortalizas con frutos (como en este caso) son las preferidas de nuestros invitados de piedra. Así que de inmediato seguimos los consejos de nuestro amigo mediero y preparamos té de ajo. La receta de este insecticida natural es bien simple: hay que hervir una cabeza de ajo pelada en dos litros de agua (después nos dijeron que mejor era en sólo un litro para mayor efectividad) Los hervimos hasta que cada rincón de la casa olía a ajo, pensando en una efectividad total.

Al día siguiente pusimos nuestra pócima en una botella con rociador (de las clásicas de peluquería) y rociamos como locos a las maltratadas plantas. Hicimos lo mismo con las cebollas y lechugas que están junto a ellas para prevenir. Pasada casi una semana volvimos a la huerta un poco preocupados. Y al ver a nuestras amigas nos dimos cuenta que nuestras aprensiones no eran tan infundadas. Es cierto, estaban un poco mejor, las orugas habían desaparecido, pero los bichos grises seguían aguantando. Lo peor llegó cuando nos encontramos con una lechuga marchita en un esquina. Al mirarla con más detención nos dimos cuenta que su tallo estaba con moho. Fuimos a preguntarle a Julia (para los que no recuerdan, la coordinadora de las Huertas del Encuentro) para que nos diera su opinión. La expresión de todos fue de espanto cuando tomó la lechuga y quedó en sus manos, el tallo había desaparecido por completo, estaba completamente ¡podrido!

Julia nos dijo que nunca habían tenido un caso similar y que no se explica qué pudo pasarle a la tierna lechuga. Exceso de agua, pensaron algunos. Con el riego por goteo que abrimos una vez por semana, lo dudamos. Pero todo es posible. Así que nuestra próxima tarea es chequear la tierra antes de abrir el riego. Así sabremos si hay un exceso de humedad o no. Y si por fin nuestros invitados de piedra se fueron. Si no, seguiremos bañándolos con ajo!

Buen día!
Fotos: menúparalasmasas

La tierna lechuga podrida...horror!

2 de junio de 2010

Menú del día: Falafel


Llevo años saboreando este manjar oriental y es primera vez que lo preparo como corresponde. No tengo la respuesta a este enigma personal culinario, pero si estoy segura que desde ahora el falafel se convertirá en un menú habitual en nuestra cocina. 

Seguramente ya les habré contado que la comida árabe es parte de mi alimentación desde que tengo conciencia de mi paladar. Los almuerzos de fin de semana en casa de mis abuelos muchas veces eran con sabrosas y abundantes preparaciones orientales, donde las hojitas de parra, kubbe y los deliciosos y ultra dulces pasteles eran indispensables. Sin embargo, el falafel no lo conocí hasta que me volví vegetariana. Cuantos años desperdiciados digo yo!

Además de deliciosamente ricas, estas albóndigas de garbanzo son muy fáciles de preparar y pueden comerse de distintas formas: en el clásico sandwich, al plato con ensaladas o solas como un bocadillo. Yo las preparé especialmente para mi sobrina Araceli -que no tenía la menor idea de su existencia- para saborearlas en un rico sandwich y el resultado fue un rotundo éxito!

Ingredientes (4 personas):
250 grs. de garbanzos
2 cebollas
3 dientes de ajo
1 atado de perejil y 1/2 de cilantro
1 cucharita de levadura en polvo
1/2 taza de harina de garbanzo o tradicional
Aliños (pimienta, sal, curry, comino)

Preparación:
Lo principal es dejar remojando los garbanzos la noche anterior, por lo menos 12 horas. De ahí en adelante, la preparación es muy rápida y entretenida. Primero lava los garbanzos -no tienes que cocerlos por ningún motivo!- y corta las verduras en trozos grandes. Luego tienes que moler todo en una licuadora (yo hice la prueba en la mía, pero su motor está en tan malas condiciones que no soportó la presión. Así que traspasé todos los ingredientes a la mini pymer y trituró a la perfección). El resultado es una pasta verde de muy buena apariencia y aroma. A continuación incorpora los aliños, la cucharita de levadura y harina de garzanzo. Tapa la fuente en plástico film y refrigera durante 30 a 40 minutos. 

Mientras la pasta toma cuerpo puedes preparar los otros ingredientes, como el delicioso hummus (garbanzo cocido, tahine o sésamo tostado, aceite de oliva, comino y pimienta. Todo pasado por la mini pymer), la refrescante ensalada de tomate, pepino y perejil, el laban (yogur natural con oliva, limón y pimienta) y unas hojas de lechuga.

Cuando la pasta del falafel esté lista tienes que darle la forma a cada albóndiga. Yo utilicé la técnica de Richard, que es hacerlas rellenando un colador pequeño. Funciona perfecto! Ahora, tienes dos opciones para cocinarlas: en el horno o fritas. Yo opté por la primera, pensando en que es mucho más sano, pero la verdad es que no me funcionó y terminé friéndolas en mucho aceite, como dice la receta original. Para ser sincera, quedan mucho más sabrosas y crujientes. 

Con tus falafel listos, sólo tienes que usar tu imaginación y armar tu sandwich como prefieras. Un dato: el pan pita tienes que abrirlo hasta la mitad para que puedas tomarlo con la mano y el relleno no explote por todo el plato.

Buen día!
Fotos: menúparalasmasas